Capítulo3, sección 3, Plata y juros: los representantes de los Serra en Sevilla del libro del CSIC «Los Serra entre la República de Génova y la Monarquía Hispánica» (1576 – 1650) de Yasmina Rocío Ben Yessef Garfia; más de 1.000 páginas de libro de las que destaco 13
Este blog habla de monedas, representación del dinero…peeero, siendo breve, el dinero con valor intrínseco (metales) dejó de existir hace ya unas décadas, pasando a convertirse en dinero deuda, dinero que no para de crecer, apareciendo de la nada exponencialmente en estos tiempos revueltos.
Llevo unos días leyendo, aquí y allá, de forma intensiva, sobre la salida económica a esta situación pandémica, situación que, además, nos mantiene psicológicamente en vilo a la mayoría, arrastrando ya cierto cansancio anímico. Que si el FMI va a regar con 650.000 dólares a las economías mas desfavorecidas, que si la FED sigue con su escalada creativa, que si el BCE sigue comprando deuda de toda la eurozona, que si…En definitiva, un aluvión de papel (en sentido figurado, pues se estima que se imprime sólo el 10% de la masa monetaria) con poca o ninguna relación con la economía de mercado (capitalismo) en la que, supuestamente, vivimos. Las empresas sufren falta de materia prima (plásticos, chips,…) y la demanda de bienes y servicios no está en su mejor momento, siendo indulgentes.
Bolsa americana en máximos, S&P500 en 3890 puntos; en la gráfica se aprecia la «aceleración» en el último siglo. Bitcoin (BTC) en los 50.000 $, viviendas también escalando…casi todo sube excepto algunos activos, entre los que se encuentran los metales preciosos. A igualdad de «cosas» que comprar, si hay más dinero circulando entonces los precios suben; de cajón o de primero de lógica económica, «ciencia» esta que no siempre (casi nunca) se rige por la lógica cartesiana.
Mi inexistente bola de cristal no me dice como va a acabar todo esto, aunque si miro hacia el Imperio Romano, encuentro alguna que otra similitud. En resumidas cuentas, no es que las cosas cuesten más, si no que el dinero deuda vale menos 😦 Podemos seguir la ortodoxia (oro y plata) viendo como nos estancamos o apostar por todo aquello que sube sin parar. Que cada cual elija, no siendo excluyentes todas las opciones posibles. En los porcentajes de mis magros ahorros atribuibles a los metales… algo hay 😉 Y, a todo esto, siempre se puede añadir algún otro cisne negro…o no.
Las vastas riquezas de oro y plata (unos tres billones de dólares) que mantenía el Imperio español a finales del siglo XVI gracias a las expediciones de los conquistadores al Nuevo Mundo, financiaban las numerosas campañas militares que llevaba a cabo en Europa.
Como consecuencia, España expandió sus territorios hacia una gran parte de Italia, Alemania y los Países Bajos.
Pero las constantes guerras y ocupaciones militares agotaban el tesoro español, que sufría una presión inflacionaria debido al influjo de plata y oro del Nuevo Mundo.
En lugar de reformar las finanzas reales, el ineficaz rey Felipe III condenó a España a un descenso hacia la irrelevancia a largo plazo.
El impago de las deudas de la corona impidió que el Imperio sofocara una rebelión holandesa en 1607.
Este fracaso, cinco años después de que los holandeses establecieran la primera empresa con cotización bursátil de la historia, desplazó el poder económico de Europa hacia Ámsterdam.
El esfuerzo reiterado para someter de nuevo a los Países Bajos en la década de 1620 por el recién coronado rey Felipe IV tropezó con un colapso económico desastroso en la provincia vital española de Castilla, en 1627.
La corona española había devaluado su moneda hasta tal punto que esta se quedó efectivamente sin valor, y las fuerzas españolas tuvieron que vivir de los saqueos que llevaban a cabo en la mencionada provincia por algún tiempo.
La bancarrota de España de 1627 fue la quinta en 70 años, pero esta puso al poder español en decadencia definitivamente, despejando el terreno para el crecimiento de los imperios mercantilistas de los Países Bajos y del Reino Unido.
El ascenso al trono en 1665 del discapacitado y deformado (debido a los sucesivos matrimonios consanguíneos en la familia real) Carlos II fue el último clavo en el ataúd del Imperio español.