Tesoro del Galeón San José

http://www.elconfidencial.com/cultura/2016-01-18/tambores-de-guerra-en-las-aguas-donde-se-perdio-el-tesoro-del-galeon-san-jose-colombia-espana-cazatesoros_1136364/

La guerra contra el Borbón

Carlos II.
Carlos II.

Estamos en un mundo en guerra y esta se libra en los mares. El maltrecho Carlos II El Hechizado, ese rey Habsburgo con cara de no enterarse de nada, ha muerto sin descendencia en noviembre de 1700 y en su última voluntad ha legado el trono a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia. El desequilibrio es brutal a favor de los franceses y la mayor parte de Europa suscribe contra ellos una alianza. A ingleses, holandeses y alemanes no les mueve solo el objetivo de reequilibrar las fuerzas, sino que ansían repartirse lo que quede del imperio español, sobre todo el control del comercio con América.

La guerra y los problemas económicos interrumpen los viajes hacia las Indias durante una década. Pero en 1706, la flota de Tierra Firme, un grupo de galeones capitaneados por el ‘San José’, sale de Cádiz rumbo a Cartagena deIndias. De allí a Portobelo, en Panamá, un infierno de fiebres y humedades donde se intercambiaban los cargamentos por metales preciosos.

Archivo del Museo Naval. 'Diccionario de construcciones navales bajo su aspecto artístico', de Rafael Monleón (1890-1892).
Archivo del Museo Naval. ‘Diccionario de construcciones navales bajo su aspecto artístico’, de Rafael Monleón (1890-1892).

Tras dos años de problemas, enfrentamientos con el virrey de turno y un montón de corruptelas, los españoles deciden regresar a Cartagena. Les han avisado de que hay ingleses en la costa y que puede haber gresca, pero los mandos españoles con JoséFernández de Santillán a la cabeza, después de deliberar, desoyen las advertencias y se lanzan al mar cargados de un inmenso botín de oro, muy seguros de que podrán escabullirse. La mala suerte les acompaña. Para empezar, se demoran unos días por la falta de viento. Y luego no son capaces de mantener el mismo ritmo de navegación en el convoy. Mientras navegan a paso de tortuga, los ingleses les sorprenden a escasas millas deBoca Chica, una de las entradas a Cartagena.

Durante varias horas, la batalla es una sucesión de maniobras, persecuciones, cañonazos, un montón de humo y un calor asfixiante que se hace aún más intenso cuando el fuego se apodera del ‘San José’. No se sabe aún si es un balazo de uno de los barcos ingleses, el ‘Expedition’, o si se trata de un cañón español que explota en el interior del barco, los testimonios de los ingleses y una decena de supervivientes españoles difieren o son poco claros. Lo único seguro es que el ‘San José’ se va a pique llevándose consigo a su comandante, Fernández de Santillán, a todos los oficiales y a casi toda la tripulación. En total, unos 600 hombres. Son las siete y media de la tarde del 8 de junio de 1708.

Los detalles de la batalla, los testimonios de los protagonistas y la aventura del ‘San José’ desde su construcción hasta su final están recogidos en varios legajos, documentos y libros académicos. De estos últimos, el más completo y que ha servido para hacer este brevísimo resumen se titula ‘El tesoro del ‘San José’. Muerte en el mar durante la Guerra de Sucesión española’ y es obra de la catedrática de la Universidad de Minnesota Carla Rahn.

Archivo del Museo Naval. 'Arte de fabricar reales', de Antonio de Gaztañeta, 1688.
Archivo del Museo Naval. ‘Arte de fabricar reales’, de Antonio de Gaztañeta, 1688.

La profesora reconstruye todos los detalles de la historia y llega a algunas conclusiones que sirven para separar los hechos de la leyenda. Entre otras, que el tesoro no llegaba a los 10 millones de pesos de la época y que las cifras de las que hablaba García Márquez en ‘El amor en los tiempos del cólera’, medio millón de millones, estaban algo exageradas. También sirve para dibujar la personalidad de los marinos españoles. No siempre los que más mérito habían cosechado para conducir los buques; a veces demasiado obsesionados con medrar, a veces demasiado tozudos, a veces demasiado manipuladores.

Esa es la amenaza que existe sobre el tesoro. Que quienes lo obtengan lo vendan y las monedas acaben dispersas en las casas de miles de coleccionistas y locos de la numismática. «Desde el punto de vista de la inversión, comprar monedas antiguas no es una buena idea», señala Javier Santacruz Cano, economista de la Universidad de Essex. «Para empezar, existen problemas con el patrimonio. Si se compran en el mercado negro, las piezas pueden tener un gran deterioro. Hay que saber además qué porcentaje de oro tienen. Además, hay muchas falsificaciones. Por cada moneda real hay cuatro o cinco falsas. es ganas de complicarse la vida».

http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2015-12-12/el-galeon-san-jose-el-horror-de-otra-accion-trapera-de-los-ingleses_1118687/

Con aproximadamente 45 metros de eslora y unas mil cincuenta toneladas de desplazamiento, el San José era una nave muy marinera para la época, pero que excesivamente cargada de marinería y pasaje, más allá de lo que albergaba en sus suculentas bodegas, estaba muy penalizada para una maniobra de evasión o combate directo por sobrecarga.

Pero el momento fatídico al final asoma por el horizonte. El gemelo del San José, el San Joaquín, en descubierta para generar una maniobra de desviación, recibe las primeras andanadas de una jauría proveniente de Jamaica intentando atraer a las naves inglesas, pero la precisa información de que disponían estas, hace que se embarquen en una persecución a muerte de la nave capitana. Hacia las siete de la tarde y con la noche avanzando inexorable, la fragata inglesa Expedition, que había perforado el velamen del San José privándole de maniobra, consigue encajarle una andanada severa en la misma línea de flotación creando una abertura entre obra viva y obra muerta imposible de achicar; otra andanada a quemarropa en medio de un fuego intenso por ambas partes estalla el galeón español desintegrándolo, probablemente por impacto directo en la santa bárbara.

De los seiscientos tripulantes, la escalofriante cifra de quinientos noventa mueren en la deflagración quedando el mar teñido de un mosaico de horror. La nave se va a pique en menos de diez minutos.

http://www.youtube.com/watch?v=BgKARLMDRqA

Lecturas Veraniegas X: España, Mar y siglo XVIII + Marqués de la Ensenada

Retomando la lectura de https://moneditis.com/2013/12/14/lectura-bis/ 

Secretarios de la Marina varios con Felipe V, Fernando VI y Carlos III. Destacables: Patiño, Ensenada, Arriaga y Valdés.

1

“Clickando” sobre la imagen, abriendo en pestaña aparte y ampliando (Ctrl +) o reduciendo (Ctrl -) al gusto de cada cual se lee perfectamente

2

Marqués de la Ensenada

3

Arriaga y Valdés

Junto con http://www.imperio-numismatico.com/t43227-4-escudos-1781-carlos-iii-madrid-entrevista-al-marques-de-la-ensenada

Marqués de la Ensenada

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/e/ensenada.htm

Destacando «…pero, en la patria de Don Pelayo, sobresalir por encima de todos provoca tu desgracia, pues la envidia, mediocridad y corrupción abunda…»

Nada nuevo bajo el sol…habrá que seguir remando 😦

 

De reyes y monedas

http://www.panoramanumismatico.com/articulos/de_reyes_y_monedas_id01825.html

De reyes y monedas

foto De reyes y monedas


La historia de la numismática en España se ha escrito en buena medida gracias al impulso de sus monarcas y a su inclinación por esta ciencia. Desde Alfonso V de Aragón, precursor del coleccionismo renacentista, a las iniciativas ilustradas de los primeros Borbones, coleccionar monedas ha sido en nuestra historia una afición de reyes.

Un nuevo monarca de la dinastía Borbón se sienta en el trono de España y aprovechando este momento histórico, nos ha parecido una buena ocasión para recordar el papel que sus antecesores tuvieron en el desarrollo de la numismática como disciplina en nuestro país.
La afición de los reyes españoles por el coleccionismo de monedas se remonta nada menos que a Alfonso V de Aragón, allá por el siglo XV, hasta el punto de que el Padre Flórez afirmaba que los españoles somos los precursores en esta materio. Pero no vamos a remontarnos tanto en el tiempo, sino que hoy vamos a centrarnos en el siglo XVIII, el siglo de la Ilustración, una centuria esencial en el desarrollo de la numismática en España y en el que el papel de los reyes no fue de meros espectadores.
Para empezar hay que decir que las principales colecciones institucionales de entonces estaban ligadas de una u otra manera con la realeza. Así tenemos el Gabinete del Rey, el monetario del Real Monasterio de El Escorial, la Biblioteca Real, el Real Gabinete de Historia Natural o la Real Academia de la Historia.
La Biblioteca Real, dentro de la cual se encontraba el Gabinete de Medallas, fue creada por Felipe V en 1712 con las antiguas colecciones de palacio, e iría incrementando sus fondos a lo largo de todo el siglo mediante diversas donaciones y adquisiciones, hasta formar el importante monetario que constituiría el germen de lo que, a partir de 1867, sería el Gabinete Numismático del Museo Arqueológico Nacional. Tan solo cuatro años después de su creación, en 1716, los fondos numismáticos se calcularon en 20.000 piezas (según cuenta C. Alfaro, 1993, p. 27) y en 1800 se contabilizan casi 85000 objetos, de los cuales 77655 eran monedas (Alfaro, 1999, p. 199).
Por su calidad de Biblioteca Real, el monetario recibe distintas donaciones procedentes de toda España, entre ellas varios tesoro de monedas romanas, pero además a lo largo de todo el siglo efectúan numerosas adquisiciones de importantes monetarios tanto españoles como extranjeros. Muy ilustrativo del interés por las antigüedades de los monarcas por la ampliación de fondos de esta institución son la incorporación en 1787 de un conjunto de monedas que Carlos III había traído de Pompeya y Herculano, aunque quizás la empresa más ambiciosa fue el viaje que realizó a Italia F. Pérez Bayer entre 1754 y 1759 por encargo de Fernando VI para hacer acopio de manuscritos, antigüedades y monedas.
Curiosamente la autoridad responsable de la Biblioteca Real era el confesor del monarca, papel que en los primeros momentos recayó en diversos jesuitas, como el P. Robinet, quienes, a su vez, designaban al bibliotecario mayor y al resto de los bibliotecarios. La creciente importancia que fue adquiriendo el monetario hizo que Felipe V ordenara venir de Francia para su cuidado primero a Paul Lucas, anticuario del rey francés (1736-1742), y después a un prestigioso numísmata, el jesuita Alejandro Panel (1699-1777), nombrado “anticuario en propiedad”. Éste, como segundo preceptor de los infantes, les introdujo en el conocimiento numismático y en la afición por el coleccionismo, ya que tanto Fernando VI como Carlos III ampliaron e impulsaron el monetario real (Almagro 2010, 164).
Por los distintos cargos de la Biblioteca pasaron figuras tan relevantes para el desarrollo de la Numismática en España como Guillermo López Bustamante Francisco Pérez Bayer, M. Martí, Gregorio Mayans, Martínez Pingarrón, B. A. Nassarre o el P. Burriel.
La Real Academia de la Historia, fundada en 1735, se convierte muy pronto en una institución puntera en los estudios numismáticos en España y su monetario, creado “ex novo” pasa a ser en muy pocos años uno de los más importantes del país. El proyecto primigenio de la Academia era redactar un Diccionario histórico-crítico universal para el cual se debía recoger la documentación disponible y, entre los monumentos más fiables, figuraban epígrafes y monedas. De ahí que decidiera tener su propia colección de monedas y así ofrecer documentación de primera mano a sus investigadores.
La fecha de inicio de la colección numismática puede fijarse en 1751, momento en el que se emprende una verdadera política de recogida de piezas concretada en la compra de un monetario de madera de nogal y en la solicitud a todos los académicos honorarios de piezas para completar la colección.
Aunque el papel del rey Fernando VI en la confección del monetario de la Academia se haya exagerado, en mi opinión, por razones evidentes, hay que decir que a su generosidad se debió la incorporación del famoso tesoro visigodo de Garrovillas en los momentos iniciales de la colección, además de algunas otras piezas sueltas.
Estas no son las únicas instituciones con el título real en su nombre que contaban entonces con monetario propio, aunque de ellas tenemos mucha menos información, como ocurre con el monetario del Real Monasterio de El Escorial, que había sido creado por Felipe II y se encontraba en una sección de la biblioteca junto al salón de verano.
Poco se conoce de los fondos monetarios del Real Gabinete de Historia Natural que menciona el P. Flórez como uno de los más importantes de la nación. En cualquier caso, debe referirse a aquel fundado por Antonio de Ulloa en 1752 y no a su sucesor, inaugurado en 1776 por Carlos III con los variados fondos que componían la nutrida colección del que sería su primer director, Pedro Franco Dávila.
Aparte de estas instituciones, también se documenta la existencia de monetarios en instituciones relacionadas con la enseñanza, como prueba de que el conocimiento de la numismática era un aspecto destacable en la educación más esmerada. En este sentido hay que señalar el Real Museo de Numismática que tenía su sede en los Reales Estudios de San Isidro, creado por Carlos IV en 1790 bajo la dirección de Cándido María de Trigueros y cuyo monetario contaba en su inicio con cuatro mil piezas procedentes de la antigua colección del Colegio Imperial de los jesuitas, aunque a finales de siglo contaba ya con más de veintiocho mil.
También poseían monetario el Colegio de Nobles de Madrid y el de Valencia, las universidades de Oviedo, Valencia, Santiago y el Colegio de San Ildefonso de la Universidad de Alcalá -constituido a partir de la rica colección del deán Juan Antonio de las Infantas-, el Colegio de educación de Vergara, etc. etc.
Sin duda la afición de los reyes por la numismática contribuyó a la extensión del interés por el coleccionismo de monedas entre las clases más privilegiadas: entre los coleccionistas encontramos nombres de la nobleza, pero sobre todo del clero, de las altas esferas de la administración y de algunas profesiones liberales, como médicos o botánicos, además de militares. Es en este siglo XVIII cuando el coleccionismo monetal se extiende a la burguesía y comienzan a poseer notables monetarios comerciantes como P. O’Crouley, Leyrens o Mosti.
Y de nuevo volvemos a la familia real al citar dos de las colecciones privadas más  destacadas de la época, que fueron las formadas por los infantes don Luis y don Gabriel. Este último (1752-1788) era el quinto hijo de Carlos III y Amalia de Sajonia. Su monetario se había visto enriquecido por una parte destacada de aquellas piezas que F. Pérez Bayer había recopilado en Italia durante su viaje por encargo de Fernando VI, que citamos antes. Además, algunas de las mejores colecciones privadas españolas de la época fueron pasando a engrosar sus fondos, como las de Bernardo de Estrada, Livinio Leyrens, Antonio José Mosti y el comendador portugués Vaena. La colección fue adquirida en 1793 para la Biblioteca Real por trescientos mil reales de vellón y siguió el mismo destino que el resto de dicho monetario que, con el trascurso del tiempo, pasó a formar parte del actual Museo Arqueológico Nacional. 
A grandes rasgos podemos decir que el siglo XVIII fue un gran siglo para el desarrollo de la numismática en España -más si lo comparamos con las oscuras décadas que seguirían a principios del XIX-, tanto en su avance como ciencia como en la extensión del coleccionismo, y en ambos aspectos tuvieron un papel relevante los diferentes monarcas ilustrados que ocuparon el trono. Por un lado fueron buenos coleccionistas, tanto públicos como privados, creando o manteniendo grandes monetarios que pusieron a disposición de los eruditos interesados, y al mismo tiempo crearon y fomentaron instituciones que difundieron esta ciencia y aún en algún caso lo siguen haciendo hoy en día, como sucede a día de hoy con la Real Academia de la Historia.

Para saber más:
ALFARO, A., 1993, Catálogo de las monedas antiguas de oro del Museo Arqueológico Nacional, Madrid.
ALMAGRO-GORBEA, M., 2010, Corona y Arqueología en el Siglo de las Luces, Madrid.
GONZÁLEZ DE POSADA, C., 1907, “Noticia de españoles aficionados a monedas antiguas”, BRAH, LI, pp. 452-484.
MARTÍN ESCUDERO, F., CEPAS, A., CANTO GARCÍA, A., 2004, Archivo del Gabinete Numario. Catálogo e Índices, Madrid.
MORA, G., 1998, Historias de mármol. La Arqueología clásica española en el siglo XVIII, Anejos de AEspA, XVIII, Madrid.
RODRÍGUEZ CASANOVA, I., 2012, “La Numismática en la España de la Ilustración”, en M. Almagro y J. Maier (Eds.), De Pompeya al Nuevo Mundo: la corona española y la Arqueología en el siglo XVIII, pp. 157-171.
VV. AA., Tesoros del Gabinete Numismático. Las 100 mejores piezas del monetario del MAN [catálogo de exposición], Madrid, 198.

Isabel Rguez. Casanova
Dra. en Arqueología

5 Crisis

http://actualidad.rt.com/economia/view/120489-crisis-economicas-cambiaron-historia

1627: La quiebra del Imperio español

Las vastas riquezas de oro y plata (unos tres billones de dólares)  que mantenía el Imperio español a finales del siglo XVI gracias a las expediciones de los conquistadores al Nuevo Mundo, financiaban las numerosas campañas militares que llevaba a cabo en Europa.

Como consecuencia, España expandió sus territorios hacia una gran parte de Italia, Alemania y los Países Bajos.

Pero las constantes guerras y ocupaciones militares agotaban el tesoro español, que sufría una presión inflacionaria debido al influjo de plata y  oro del Nuevo Mundo.

En lugar de reformar las finanzas reales, el ineficaz rey Felipe III condenó a España a un descenso hacia la irrelevancia a largo plazo.

El impago de las deudas de la corona impidió que el Imperio sofocara una rebelión holandesa en 1607.

© Wikimedia
Juan de Miranda Carreno

Este fracaso, cinco años después de que los holandeses establecieran la primera empresa con cotización bursátil de la historia, desplazó el poder económico de Europa hacia Ámsterdam.

El esfuerzo reiterado para someter de nuevo a los Países Bajos en la década de 1620 por el recién coronado rey Felipe IV tropezó con un colapso económico desastroso en la provincia vital española de Castilla, en 1627.

La corona española había devaluado su moneda hasta tal punto que esta se quedó efectivamente sin valor, y las fuerzas españolas tuvieron que vivir de los saqueos que llevaban a cabo en la mencionada provincia por algún tiempo.

La bancarrota de España de 1627 fue la quinta en 70 años, pero esta puso al poder español en decadencia definitivamente, despejando el terreno para el crecimiento de los imperios mercantilistas de los Países Bajos y del Reino Unido.

El ascenso al trono en 1665 del discapacitado y deformado (debido a los sucesivos matrimonios consanguíneos en la familia real) Carlos II fue el último clavo en el ataúd del Imperio español.

Texto completo en: http://actualidad.rt.com/economia/view/120489-crisis-economicas-cambiaron-historia

30 euros 2014. 400 años de la muerte del Greco

Me encantan las monedas de plata con facial real de compra/cambio. Sin precio de venta al público. Canje. Cada vez quedan menos. Suiza, Alemania, Holanda, Portugal…venden las monedas, no las cambian por papel. Francia y España si las canjean, siempre hablando de Europa. Alguna se me olvida. El hecho de ser dinero real, metal, en uso, aunque relativo, es importante para mi en estos tiempos de Gb y dinero electrónico/apalancamiento

http://noticias.juridicas.com/base_datos/Fiscal/520691-orden-ecc-2531-2013-de-27-dic-emision-acunacion-y-puesta-en-circulacion.html

greco0

De 2000 pesetas, 1994-2001 pasamos a 12 € en el 2002 hasta el 2010 con 2 emisiones en el 2004, año de su desmonetización, después 20 euros en 2010 y 2011  y desde el 2012 30 eyrípides. La inflación parece ciertamente elevada en los últimos años.

Al habla con el Banco de España, siempre muy informados ellos, me aconsejan llamar cada 15 días para ver cuando les llegan las monedas. Parece que, excepto el año pasado que con el Borbón afinaron bastante y a principio del 2013 ya estaban listas, el resto de emisiones hacen su aparición ante el público allá por mayo.

greco1

Tirada máxima de 2.000.000 de piezas

Hoy han empezado en Toledo los actos conmemorativos de los 400 años de su muerte y de ahí esta entrada.

Previsiones 2014

Ante todo Feliz Año. Comenzado ya el 2014 se me presentan hasta el verano varios compromisos  en lo que a numismática exclusivamente se refiere. Mi visión para el conjunto del año no es excesivamente halagüeña en cuanto al comercio. También es cierto que este se me hace un año de transición. Lamento no ser más claro pero mi bola de cristal está un tanto translúcida…quizá por el ajetreo de tanto ir y venir.