Subastas a la vista

Vico Siempre merece la pena hojear su catálogo de antigüedades. Por fin disponible catálogo pdf. Gracias.

http://www.sixbid.com/browse.html?auction=1796

http://www.jesusvico.es/Img/141/catalogo.pdf

y Aureo 

Selección

http://www.sixbid.com/browse.html?auction=1805

https://www.aureo.com/mediaaureo/Subasta0266-1/catalogo0266-1.pdf

Sala

http://www.sixbid.com/browse.html?auction=1804

https://www.aureo.com/mediaaureo/Subasta0266-2/catalogo0266-2.pdf

Correo

http://www.sixbid.com/browse.html?auction=1806

https://www.aureo.com/mediaaureo/Subasta0266-3/catalogo0266-3.pdf

De la primera me gustan los lotes 247 http://www.sixbid.com/browse.html?auction=1796&category=37326&lot=1585701  

Es de sobra conocido que durante el siglo XVII (1609 a 1682) se emitieron en Castilla unas piezas absolutamente excepcionales, de alrededor de 76 mm. de diámetro, los llamados «Centenes», con valor de 100 escudos de oro, y «Cincuentines», con valor de 50 reales de plata que tradicionalmente han sido consideradas como monedas conmemorativas, piezas especiales realizadas para dar relieve a algún evento importante para la Monarquía. Esta definición es correcta en buena medida, pero también sabemos que se utilizaron para atraer la plata que llegaba a Sevilla al Ingenio de Segovia, único lugar donde podían acuñarse, tanto legalmente como técnicamente, ya que era la única ceca «industrial» de la Corona. Muchos mercaderes recibieron licencias de acuñación porque les interesaba amonedar su plata en estos altos valores, que incluso parece que llegaron a circular, aunque de forma muy excepcional (como se puede ver en la Carta de pago otorgada por Catalina Arias a favor de Francisco Martínez el 23 de diciembre de 1679, en Archivo Histórico de Protocolos de Madrid, tomo 11.684, fols. 854-855.). Hay que recordar que estas piezas no estaban previstas en la legislación monetaria vigente, aunque su tipología sí seguía las normas de la Pragmática de la Nueva Estampa (1566), por lo cual para su acuñación era necesaria una licencia expresa de la Corona, donde normalmente se detallaba la cantidad de plata u oro que se autorizaba a acuñar en estas piezas, tanto para acontecimientos especiales de carácter reservado del rey, visitas de estado (1613, 1623), gracias a nobles o altos personajes de la administración (Conde de Chinchón, Marqués de Eliche…) y sobre todo con licencias expedidas a mercaderes.

En el caso de la pieza que ahora se oferta, realizada en 1659, la licencia se dió el 21 de agosto a los mercaderes Juan Cruz de Gainza y Pedro Azpilicueta (que ya habían conseguido una licencia anterior con el mismo fin en 1651), que habían pedido acuñar 23 kilos de plata en estas monedas (además de otra mucha en otros valores). Los cincuentines con año de acuñación 1659 muestran todos que la fecha ha sido regrabada encima de otra (en este caso 1631), un método que se usaba cuando no se hacían nuevos cuños, muy costosos, para realizar estas cortas tiradas, aunque hay que señalar que piezas de Reales de a Ocho realizados en esta misma fecha para estos mercaderes en el Ingenio, tienen la misma particularidad en la data. El ensayador fue Bernardo de Pedrera Negrete (BR).

y 283 http://www.sixbid.com/browse.html?auction=1796&category=37329&lot=1585737

La ceca de Guatemala es de fundación tardía. Esta Capitanía General dependía del Virreinato mexicano, y tras la llegada al poder de los Borbones sus autoridades pidieron en varias ocasiones la creación de una ceca, pero la petición no prosperó hasta que en 1730 el Virrey de Nueva España (Juan de Acuña y Bejarano, Marqués de Casafuerte) y el obispo de Guatemala (Juan Leandro Gómez de Parada Valdez y Mendoza), pidieron conjuntamente esta merced, aceptando Felipe V su creación por Real Cédula de 17 de enero de 1731, que inmediatamente puso en vigor el Capitán General de Guatemala Tomás Rivera y Santa Cruz.

Para abaratar costes se ordenó a la ceca de México que se encargase de ponerla en funcionamiento, y dado que esta ceca estaba en período de cambio estructural para realizar la nueva acuñación mecanizada a volante, decidió enviar a Guatemala su antiguo equipo de acuñación, que llegó a la ciudad durante el mes de febrero de 1733, junto con un numeroso equipo técnico dirigido por José Eustaquio de León, veterano ensayador de la ceca mexicana, que pasó a dirigir la ceca, mientras su sobrino, José de León Sosa, se hará cargo del ensaye de las piezas, cuya fabricación comenzó ya en marzo de 1733, aunque la ceca no se inauguró oficial y completamente hasta julio de 1738. La producción a martillo se mantuvo durante el reinado de Felipe V, y los cuños del nuevo rey, Fernando VI, se enviaron desde México a finales de julio de 1746. La política modernizadora de la Corona hizo que se ordenara a la ceca de Guatemala cambiar sus métodos de acuñación (Decreto de 14 de mayo de 1751), proceso que fue largo, ya que no pudo terminarse hasta finales de mayo de 1754. El oro acuñado en Guatemala fue durante este período muy escaso, y en 1754 tenemos dos acu- ñaciones, las del primer semestre, que mantienen la acuñación tradicional a martillo, y la del segundo semestre, que con nuevos tipos de busto y escudo (enviados también desde México) inician las nuevas acuñaciones a volante. Por tanto esta escasísima Onza es la primera realizada en la ceca de Guatemala con los nuevos mecanismos de acuñación, y muestra la tradicional dependencia de esta ceca de la de México.

De Aureo iré comentando conforme se acerque la subasta.

ps Avisados de que en los lotes 3117 y 3118 no se corresponden imagen con texto y respuesta agradeciendo aviso y comunicando falta de tiempo para subsanar errata. Otra vez será, pués :).

 

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